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martes, 23 de abril de 2013

Julio Garmendia y su Cuento Ficticio






El día del libro es día de homenaje a la lectura y a los innumerables lectores de obras literarias en el mundo. El escritor Julio Garmendia desarrolló un texto de homenaje a la ficción que transcribo hoy para conmemorar la creación humana en palabras.


El Cuento Ficticio de Julio Garmendia


HUBO UN TIEMPO en que los héroes de historias éramos todos perfectos y felices al extremo de ser completamente inverosímiles. Un día vino en que quisimos correr tierras, buscar las aventuras y tentar la fortuna y, andando y desandando de entonces acá, así hemos venido a ser los descompuestos sujetos que ahora somos, que hemos dado en el absurdo de no ser absolutamente ficticios, y de extraordinarios y sobrenaturales que éramos nos hemos vuelto verosímiles, y aun verídicos, y hasta reales… ¡Extravagancia! ¡Aberración! ¡Como si así fuéramos otra cosa que ficticios que pretendemos dejar de serlo! ¡Como si fuera posible impedir que sigamos siendo ilusorios, fantásticos e irreales aquellos a quienes se nos dio, en nuestro comienzo u origen, una invisible y tenaz torcedura en tal sentido! Yo –¡palabra de honor! – conservo el antiguo temple ficticio en su pureza. Soy nada menos que el actual representante y legítimo descendiente y heredero en línea recta de los inverosímiles héroes de Cuentos Azules de que ya no se habla en las historias, y mi ideal es restaurar nuestras primeras perfecciones, bellezas e idealismos hoy perdidos: regresar todos —héroes y heroínas, protagonistas y personajes, figuras centrales y figurantes episódicos— regresar, digo, todos los ficticios que vivimos, a los Reinos y Reinados del país del Cuento Azul, clima feliz de lo irreal, benigna latitud de lo ilusorio. Aventura verdaderamente imaginaria, positivamente fantástica y materialmente ficticia de que somos dignos y capaces los que no nacimos sujetos de aventuras policiales de continuación o falsos héroes de folletines detectivescos. Marcha o viaje, expedición, conquista o descubrimiento, puestos bajo mi mando supremo y responsabilidad superior.
Mi primer paso es reunir los datos, memorias, testimonios y documentos que establecen claramente la existencia y situación del país del Cuento Inverosímil. ¿Necesito decirlo? Espíritus que se titulan fuertes y que no son más que mezquinos se empeñan en pretender que nunca ha existido ni puede existir, siendo por naturaleza inexistente, y a su vez dedicarse a recoger los documentos que tienden a probar lo contrario de lo que prueban los míos: como si hubiera algún mérito en no creer en los Cuentos Fabulosos, en tanto que lo hay muy cierto en saber que sí existieron. Como siempre sucede en los preámbulos de toda grande empresa, los mismos que han de beneficiar de mis esfuerzos principian por negarse a secundarme. Como a todo gran reformador, me llaman loco, inexperto y utopista… Esto sin hablar de las interesadas resistencias de los grandes personajes voluminosos, o sea los que en gruesos volúmenes se arrellanan cómodamente y a sus anchas respiran en un ambiente realista; ni de los fingidos menosprecios de los que por ser de novela o novelón, o porque figuran en novelín, lo cual nada prueba, se pretenden superiores en rango y calidad a quienes en los lindes del Cuento hemos nacido, tanto más si orígenes cuentísticos azules poseemos.
Pero no soy de aquéllos en quienes la fe en el mejoramiento de la especie ficticia se entibia con las dificultades, que antes exaltan mi ardor. Mi incurable idealismo me incita a laborar sin reposo en esta temeraria empresa; y a la larga acabaré por probar la existencia del país del Cuento Improbable a estos mismos ficticios que hoy la niegan, y hacen burla de mi fe, y se dicen sagaces sólo porque ellos no creen, en tanto que yo creo, y porque en el transcurso de nuestro exilio en lo Real se han vuelto escépticos, incrédulos y materialistas en estas y otras muchas materias; y no solamente he de probarles, sino que asimismo los arrastraré a emprender el viaje, largo y penoso, sin duda, pero que será recompensado por tanta ventura como ha de ser la llegada, entrada y recibimiento en el país del Cuento Ilusorio, cuyo solo anuncio ya entusiasma, de las turbas de ficticios de toda clase y condición, extenuados, miserables y envejecidos después de tanto correr la Realidad y para nunca más reincidir en tamaña y fatal desventura.
Algunos se habrán puesto a dudar del desenlace, desalentados durante la marcha por la espera y la fatiga. No dejarán de reprocharme el haberles inducido a la busca o rebusca del Reino Perdido, en lo cual, aun suponiendo, lo que es imposible, que nunca lo alcanzáramos, no habré hecho sino realzarlos y engrandecerlos mucho más de lo que ellos merecen; y como ya empezarán por encontrarlo inencontrable, procuraré alentarlos con buenas palabras, de las que no dejará de inspirarme la mayor proximidad del Cuento Irreal y la fe que tengo y me ilumina en su final descubrimiento y posesión. Ya para entonces he de ser el buen viejo de los cuentos o las fábulas, de luengas barbas blancas, apoyado en grueso bastón, encorvado bajo el peso de las alforjas sobre el hombro; y al pasar por un estrecho desfiladero entre rocas o por una angosta garganta entre peñas, y desembocar delante de llanuras, esto al caer de alguna tarde, extendiendo la mano al horizonte les mostraré a mis ficticios compañeros, cada vez más ralos y escasos junto a mí, cómo allá lejos, comienza a asomar la fantástica visión de las montañas de los Cuentos Azules…
Allí será el nuevo retoñar de las disputas, y el mirarse de soslayo para comunicarse nuevas dudas, y el inquirir si tales montañas no son más bien las muy reales, conocidas y exploradas montañas de tal o cual país naturalmente montañoso donde por casualidad nos hallaríamos, y el que si todas las montañas de cualquier cuento o país que fueren no son de lejos azules… Y yo volveré a hablar de la cercana dicha, de la vecina perfección, de la inminente certidumbre ya próxima a tocarse con la mano.
Así hasta que realmente pisemos la tierra de los Cuentos Irreales, adonde hemos de llegar un día u otro, hoy o mañana, dentro de unos instantes quizás, y donde todos los ficticios ahora relucientes y radiantes vienen a pedirme perdón de las ofensas que me hicieron, el cual les doy con toda el alma puesto que estamos ya de vuelta en el Cuento en que acaso si alguna vez, por único contratiempo o disgusto, aparece algún feo jorobado, panzudo gigante o contrahecho enano. Bustos pequeños y grandes estatuas, aun ecuestres, perpetúan la memoria de esta magna aventura y de la ciencia estudiada o el arte no aprendido con que desde los países terrestres y marítimos, o de tierra firme e insular, o de aguas dulces y salobres, supe venir hasta aquí, no solo, sino trayendo a cuantos quisieron venir conmigo y se arriesgaron a desandar la Realidad en donde habían penetrado. Mis propios detractores se acercan a alabar y celebrar mi nombre, cuando mi nombre se alaba ya por sí mismo y se celebra por sí sólo. Los gordos y folletinescos poderosos que ayer no se dignaban conocerme ni sabían en qué lengua hablarme, olvidan su desdén por los cuentísticos azules, y pretenden tener ellos mismos igual origen que yo, y además haberme siempre ayudado en mis comienzos oscuros, y hasta lo prueban, cosa nada extraña en el dominio de los Cuentos Imposibles, Inverosímiles y Extraordinarios, que lo son hoy más que nunca. . . Mi hoja de servicios ficticios es, en suma, de las más brillantes y admirables. Se me atribuyen todas las dotes, virtudes y eminentes calidades, además de mi carácter ya probado en los ficticios contratiempos. Y, en fin, de mí se dice: Merece bien de la Ficción, lo que no es menos ilustre que otros méritos. . .
Por lo cual me regocijo en lo íntimo del alma, me inclino profundamente delante de Vosotros, os sonrío complacido y me retiro de espaldas haciéndoos grandes reverencias…

miércoles, 27 de marzo de 2013

El Pequeño Nazareno de Julio Garmendia




    Una de las tradiciones religiosas venezolanas de mayor arraigo es comprometer una promesa al Nazareno y siempre se paga con luz de velas, asistencia a misas y el uso de una túnica morada durante la misa y procesión del miércoles santo. Cada ciudad y pueblo de Venezuela vive esa tradición en niños, jóvenes y adultos con profunda fe para honrar a Dios.
   El cuento del venezolano Julio Garmendia (1898-1977) recrea el cumplimiento del “pago de la promesa” desde la protesta de un pequeño. Una lectura para recordar nuestra infancia y nuestras tradiciones.




 El Pequeño Nazareno
   El miércoles santo, el pequeño Nazareno de túnica morada y grueso cordón blanco, a nudos, bien ceñido alrededor de la cintura, sube-o debería decir subir- entre papá y mamá, por la calle que conduce a la iglesia del Nazareno. Pero no está dando pruebas, en absoluto, de aquella nazarena paciencia y resignación correspondientes al personaje y a la indumentaria que le han sido asignados. Todo lo contrario, demuestra un verdadero humor de perros-un humor como pocas veces se habrá visto un Nazareno en miércoles santo-; rezonga y lloriquea, y en vez de seguir a papá y mamá dócilmente, se hace halar, y otras veces empujar, por uno de ellos dos. Intentan ambos convencerlo, le ruegan, le prometen recompensas para luego, para un poco más tarde, cuando ya la visita al templo haya sido hecha, la devoción cumplida, y la promesa , pagada, de acuerdo con los términos del devoto convenio celebrado entre ellos y el Nazareno de los milagros.
   El pequeño Nazareno, no cabe duda, es duro y terco; ningún ofrecimiento hace mella en su actitud- que es de franco sabotaje-; nada ni nadie lo obliga a ir más ligero ni a dejar una cara menos agria. Cuando un helado de guanábana le es gentilmente ofrecido (esto último en patente contradicción con todas las tradiciones respecto al trato a acordarse a nazarenos, las cuales no incluyen en absoluto helados de guanábana, sino hiel en hisopos en perspectiva únicamente), cuando el helado, pues, le fue ofrecido, el pequeño Nazareno lo arrojó al suelo, sin ceremonia ni compasión. Peor aún sin apetito. Es entonces, en ese instante crucial, cuando papá le da una bofetada en la mejilla- volviendo, ahora, de repente, a la observacia de las viejas prácticas que repiten la manera de proceder con nazarenos y redentores. En atención a lo sucedido, a la corrección, hubiera podido creerse que el pequeño Nazareno se hubiera finalmente resignado a representar bien su papel y a convertirse en viva imagen del gran Nazareno a cuya iglesia era llevado por papá y mamá. ¡Pero nada de eso! Se puso furioso – aún más que antes-; se desencadenó, materialmente, chillando y pataleando, y haciéndose llevar a rastras de ahí en adelante.
   Perdiendo el último resto de su santa calma y alzándose la túnica en plena calle concurrida, mamá le da unos cuantos cordonazos, “a posteriori”, si puede decirse así, con el mismísimo cordón blanco y de gruesos nudos que le estrecha la cintura, la delgada cintura, al pequeño diablo indócil.
   El pequeño Nazareno, pues, para este instante-para esa “estación”, diremos mística, de su ruta-,ha sido ya debidamente halado, empujado, golpeado, abofeteado y azotado. Está, además, bañado en lágrimas, y su larga túnica violeta de vistosos pliegues aparecía toda ella, también maculada por salpicaduras, no de sangre, pero sí de guanábana- provenientes del helado que fue lanzado por él mismo contra el cemento de la acera, contribuyendo así a su propio castigo y sufrimiento. Sin nadie proponérselo, se daba entero cumplimiento a todo, o a casi todo, el ritual correspondiente a nazarenos, grandes o pequeños, forzosos o espontáneos, antiguos o modernos. El pequeño Nazareno seguía gritando. Una nutrida concurrencia presenciaba el espectáculo. Si no fuera por la decadencia de la fe en los días que corren- de la fe en dios y de la fe en el Diablo-, es casi seguro que lo hubieran acusado, allí mismo, de endemoniado agudo. Lo hubieran exorcizado, o hasta lo hubiesen quemado, ¡quién sabe! Todos los otros nazarenos que había por la calle lo contemplan con ojos de asombro.


Garmendia,J (1986) La hoja que no había caído en su otoño. Caracas : Monte Ávila Editores/INCE

jueves, 6 de septiembre de 2012

El Arte de la Lectura y El Arte del Amor

El Arte de la Lectura es como el arte de Hacer el Amor es un texto del escritor español Marcos Concha Valencia. Su trabajo consiste en comparar el proceso de la lectura y el proceso de hacer el amor. Describe paso a paso las dos experiencias sensoriales y cognitivas. Nos incita a preguntarnos por nuestras emociones y nos propone su idea de clímax de la lectura.
  El artículo pertenece a su libro El Arte de Leer y conforma un grupo de 34 textos de reflexión acerca de la lectura de obras literarias.

Los invito a leer su texto :



EL ARTE DE LA LECTURA Y EL ARTE DE HACER EL AMOR
(De "El arte de la lectura")

No se rían. El arte de la lectura es como el arte de hacer el amor.

Ambas artes son los estados de la integración, de unidad, de la interacción, la comunicación con otro ser, es decir, estos seres están en comunión. Cuando leemos estamos en comunión con los personajes. Cuando hacemos el amor, estamos en comunión con la persona que amamos.

Podemos decir que todos los procesos tienen etapas de preparación, el desarrollo y el resultado o final, y aquí es donde quiero ahondar en este análisis y la comparación de estas artes.


- Preparación:

Todos entendemos y sabemos que, para hacer el amor con el arte, lo mejor es contar con un preludio que se inicia con la mirada, la voz, la atracción y gestos insinuantes. Esto puede comenzar tan temprano como cuando elegimos la ropa para una cena previa con las velas, acompañada por la música romántica y un buen vino que se consume con moderación. Lo que esta pareja está haciendo en realidad es alejar los problemas de la realidad, el ajetreo diario, y aislarse del mundo, para dedicarse el uno al otro en cuerpo y alma.

Sí, a leer con el arte también es necesario un preámbulo que comienza con la búsqueda de una cómoda, un lugar iluminado, tranquilo, lejos del ruido y las interrupciones, en el que podemos enfocar y hacer caso omiso lo que nos rodea. Para entrar en el mundo del libro nos ofrece, debemos abandonar la realidad que vivimos un buen ejercicio es leer y releer el título del libro. Si empezamos a leer, pensar y meditar sobre lo que el título evoca que nos ayudará a entrar en ese mundo nuevo, si vamos a seguir leyendo en otro momento o día, recordando los acontecimientos y la visualización de los personajes, y el lugar de la acción nos ayudará a llegar rápidamente al punto de la lectura con el arte, vamos a ser, como dicen, dando a nuestro cuerpo y alma a la obra. ¿Y por qué no se acarician y olerlo? Me he sorprendido a mí mismo haciendo!

Hemos dicho anteriormente que después de la preparación, nos adentramos en el proceso de desarrollo.


- El desarrollo:

El arte del amor comienza con caricias que son los sentimientos transmitidos a través de nuestros sentidos: tacto, olfato, gusto, vista, oído. Sí, oler el perfume de la persona amada y demostrar que podemos disfrutar de ella es una caricia, de modo que es un beso. De todos modos, este juego amoroso conjunto se inició con la vista y con una caricia susurro para expresar el sentimiento de amor. En esta etapa, nos gusta dar y recibir amor. Tal vez, este cortejo amoroso es más agradable que el final.

Usted podría preguntarse: ¿cuál es la analogía con el arte de la lectura? Pues bien, durante la lectura del cuento, novela o un poema con el arte, también usamos nuestros cinco sentidos para imaginar lo que el narrador nos transmite con sus palabras, frases, versos, párrafos y capítulos. Ellos nos dan amor como alimento para nuestro espíritu. Los lectores pagarlos mediante la lectura de su trabajo.


- El resultado:

Ambas artes se refieren al disfrute que termina el proceso. Tanto el arte del amor y el arte de la lectura tiene un fin, después de llegar a un clímax de goce o placer. Podríamos decir que lo que ocurre es la entrega total al sentimiento del amor. En ambos casos, después de la culminación y el final, que también pasan por una etapa de volver a la realidad, que en el caso de la técnica de amor se manifiesta a través de la atención a la otra y, en el arte de la lectura, a través de una consideración . y la meditación de lo que el autor nos comunica
Ahora me doy cuenta de por qué titulé mi primer libro de cuentos: "El orgasmo de colores, historias inolvidables"

© Marcos Patricio Concha Valencia


La página del escritor es http://www.marcosconchavalencia.com/

El Texto aparece en http://albalearning.com/audiolibros/varios/concha_arte-en.html


jueves, 30 de agosto de 2012

La Lectura y Alfredo Armas Alfonso









Alfredo Armas Alfonso 
 
#61
“La madre es implacable en vendarle a uno la lectura de Vargas Vila y a uno no le queda sino desobedecer cuando no advierte el trajín hacendoso de la ama de casa, esto es cuando la madre se recuesta o se va al conuco a buscar cuarentadías de las que sembró en la quebradita a la pata del quisandal.
   Uno devora entonces las páginas. «... mas ¡ay! ni bajo la losa del sepulcro hallaría calma, porque, como al fratricida de la leyenda, si abriera los ojos en el fondo de la tumba, vería sobre él, fijo, centelleante, severo, el ojo formidable de la Historia.»
   Palelo se ha aprendido de memoria la página 58:
   «... y, en el fondo turbado de tus pensamientos, surgieron las escenas malsanas de las viejas orgías...
   y, tus manos vacías, se extendieron hacia mí...
   y, me atrajiste...
   y, me besaste,
   y, me venciste,
   perdoné tus agravios;
   sobre tus labios,
   sobre tus senos,
   bebí el veneno
   cálido y triste...
   que tú me diste...
   y, abyecto, y miserable y sin Honor;
   el Placer me venció, que no el Amor...
   y, en los brazos mefíticos del Vicio, celebramos el nuevo Esponsalicio...»
   Y Palelo se pone a recitar la página 58 hasta que la emoción lo hace toser.
   A los catorce años uno no entiende qué hacen Cicerón, Demóstenes, Isócrates , Dantón, Robespierre, Desmoulins, Tácito, Arquelino, Pantagruel, Pericles, Anacreonte, Platón, Dante, Atila el que exhaló el postrer suspiro sobre el vientre de una cortesana, Tiberio, Virgilio, Ovidio, Santo Domingo de Guzmán, Bonaparte, Medusa, Cristo, Byron, Luzbel, Caín y Montalvo en un recuerdo de Juan Ramón Uribe, Joaquín Crespo o José Martí, no será como supone Palelo que son nombres de perros.
   —De verdad —insiste Palelo, llenándonos la cara de saliva—. A Joaquín Crespo le espantó el caballo, Ana... tal vaina. Si no  lo joden como un pendejo.
   Hay que devolver las hojas una a una para redescubrir a Anacreonte.
   —No es un perro, Palelo.
   —Y si no es un perro ¿qué otra vaina puede ser? —se irrita Palelo.
   Treinta años tiene Palelo de muerto y esa distancia me niega la posibilidad de irle a explicar quién es Anacreonte que no fue un perro de alguna raza del Cauca”.

El relato de Armas Alfonso nos describe una situación ficcional de interés para todos: la lectura, la comprensión de lo leído… y la censura a ciertas temáticas de las obras literarias.
  El escritor colombiano José María Vargas Vila fue censurado por las familias y leído “a escondidas” por muchos jóvenes. Entre 1903 y 1930 se realizaron más de seis ediciones de catorce de sus novelas. Particularmente de Ibis, Flor de Fango, Aura o Las Violetas, El Alma de los Lirios se registran más de ocho ediciones en ese período.
   En Venezuela la lectura de sus obras marcó la generación de nuestros padres : Aura o las Violetas y Flor de Fango fueron lecturas de cabecera (debajo de la almohada) de mis tías. La historia romántica leída con interés era conservada en la habitación.
   La obra política y erótica era para los jóvenes. Lo interesante es la cantidad de referencias del texto, así como piezas de un rompecabezas frente a el mundo de referencias de los lectores.
  Entre 1903 y 1930 los lectores buscaban hasta conocer las referencias del autor. En 1950 los lectores de Vargas Vila debían buscar las referencias y no era fácil admitir ante otros el origen de la pregunta. Situación que puede repetirse en nuestros días!
     Saber, conocer, poseer la referencia nos ilumina la comprensión del texto.
  

jueves, 16 de agosto de 2012

Julio Cortázar: Las Buenas Inversiones





 Un cuento en la voz de Julio Cortázar. Una historia que me sorprende y me permite leer nuestra mirada con respecto a la vida y futuro, a nuestra vida en comunidad, a esas ideas con respecto a las propiedades.Cortázar la presenta y nos dice "es una historia de Cronopios" ,desde ese momento se inicia un juego de lectura/escucha, de emociones, de búsquedas e interpretaciones . Es singular y un "guiño" el turista venezolano en la historia.
  Los invito a oír a Julio Cortázar en Las Buenas Inversiones.

jueves, 5 de julio de 2012

Julio Cortázar y su Historia Verídica








  Julio Cortázar es un mago de la escritura , su obra todavía nos sorprende y fascina.Aún después de su muerte leemos a Cortázar y sentimos su trabajo escritural muy novedoso y divertido.
 El texto Historia Verídica comienza con la ironía de designar la ficción como verdadera.Todo texto literario es ficcional y los lectores lo "tomamos" para nosotros , lo interpretamos desde nuestras referencias y vivencias. El texto nos plantea una idea singular ¿Cómo interpretar las situaciones de nuestra vida?, ¿Son mensajes divinos?, ¿Advertencias de la vida?, ¿Mensajes para aprender y no repetir situaciones?.

El milagro de otorgar significado a un texto, el milagro de interpretar nuestras situaciones, el milagro de creer en un Ser Superior que nos ama, nos protege y nos brinda la capacidad de elegir.

El milagro de nuestra capacidad y nuestras habilidades cognitivas para organizar ideas, leer y comprender hechos transformándolos en metáforas.






  "A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido terrible al chocar con las baldosas. El señor se agacha afligidísimo porque los cristales de anteojos cuestan muy caros, pero descubre con asombro que por milagro no se le han roto. 
Ahora este señor se siente profundamente agradecido, y comprende que lo ocurrido vale por una advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y adquiere en seguida un estuche de cuero almohadillado doble protección, a fin de curarse en salud. Una hora más tarde se le cae el estuche, y al agacharse sin mayor inquietud descubre que los anteojos se han hecho polvo. A este señor le lleva un rato comprender que los designios de la Providencia son inescrutables, y que en realidad el milagro ha ocurrido ahora".






El texto aparece en la página http://albalearning.com/audiolibros/cortazar/historiav.html

jueves, 7 de junio de 2012

Archivo de Olvidos de Gabriel Jiménez Emán


 Archivo de Olvidos

A todos nos llegará el tiempo de la memoria, y cuando le llegue a Ernesto va a ser muy difícil para él.
Vive recordando que tiene que olvidar su pasado, y no piensa en el futuro porque le asusta la idea de olvidar los recuerdos que le deja el presente, su terrible presente, su archivo de olvidos.
Por eso, cuando llegue el tiempo de la memoria, Ernesto va a verse en el enigma de recordar lo que siempre ha tenido que olvidar.

Gabriel Jiménez Emán.

 La ficción siempre genera un mundo verosímil, magia de la creación posibilitadora de la experiencia de lectura y vivencia de una realidad textual.  Juego de palabras, ironía de sentido, un texto corto que nos brinda una oportunidad de revisar  nuestra idea de recuerdo y olvido, de pasado y presente … y revisar nuestro archivo de olvidos. Ernesto “vive recordando que tiene que olvidar su pasado”.


jueves, 1 de marzo de 2012

Leer y contar para espantar la tristeza



Espantarle las tristezas a la gente 


No hay cosa que el tío Ramón Enrique no arregle con un cuento: que si se están peleando dos hermanos, ahí va un cuento sobre dos hermanos a los que amarraron espalda contra espalda hasta que aprendieron a tolerarse.
Que si a la tía se le quebró un santo de yeso, ahí va el cuento del milagro del santo que después de romperse se recompuso; que si mi mamá dice que tanto jugar béisbol a pleno sol me va a embrutecer, ahí va el cuento del muchacho al que el sol derritió y después resurgió de la tierra más fuerte, más inteligente y de mejor corazón.
Una noche al terminar una fiesta –yo aún estaba despierto, borracho de música–, le oí decir:
—A mí me gusta contar cuentos, para espantarle las tristezas a la gente.
Y hasta que me dormí le oí hablar de un médico que no podía curarse a sí mismo porque cobraba muy cara la consulta y no tenía dinero para pagarse y de un gato que cazó mi abuelo, que de exageración en exageración terminó convertido en tigre y de un tartamudo que aprendió a hablar por señas y entonces le dio mal de San Vito y de un amigo suyo de la isla de Margarita que orinaba hormigas y de una mujer que conoció en Italia, tan bella que su sombra era de colores.

Contar cuentos para espantar tristezas:
  Leer, contar y oír son procesos cognitivos y afectivos de conexión con otros ,sus historias, sus ficciones. En ese proceso nos transformamos en viajeros de la imaginación , nos espantamos la tristeza. No se trata de vivir la felicidad eterna sino de vivir cada lectura como la infinita posibilidad de cambiar pensamientos, acciones y vida.




Sequera Armando J.  (2001) Mosaico. Antología de Cuentos 1977-2001 .Mérida. Editorial El Otro ,el mismo
 Puedes visitar su blog : http://armandojosesequera.blogspot.com/

jueves, 23 de febrero de 2012

Cuentos de Ana María Shúa




 Hoy les presento algunos microrelatos de la escritora argentina Ana María Shúa.  Mis estudiantes de literatura infantil me recomendaron su trabajo y les transcribo un cuento de su libro Fenómenos de circo y antes de mi nota pudieron ver un vídeo con varios cuentos hechos imagen. Buen trabajo de recreación!.
Los cuentos de la escritora se encuentran en Internet y podemos citarlos con facilidad por su brevedad.





Introducción al circo

Arrojo al aire un sustantivo redondo. Antes de que caiga, con un disparo único, certero, logro que un adjetivo lo perfore por el centro mismo. Hago malabarismos  con los verbos, camino por la cuerda floja de una sintaxis riesgosa. En medio de contorsiones extremas, azoto con mi látigo las palabras hasta obligarlas a saltar por los aros de fuego de un sentido inesperado. Entonces, en toda su variedad y esplendor, con lujosa minucia de oropeles, surge el circo. El público es usted, el espectáculo es unipersonal, por favor, elogie las fieras y no les cuente nada a los que están esperando afuera.



2

Un grito entra por la ventana. Si lo dejo salir, volverá a molestarme. Rápidamente bajo las persianas y me entiendo con él. Le propongo sonar libremente en los horarios que prevé el reglamento. El es frugal. Yo soy generosa. Sin embargo, la convivencia resulta imposible. A la larga, dormir toda la noche con un grito reprimido suele traer dolores de cabeza.


En la entrada del 11 de febrero escribí acerca del grito. Ver esa entrada en http://coachingymetaforas.blogspot.com/2012/02/gritar-los-gritos-se-quedan-en-las.html
Hoy es el grito es protagonista de un cuento. Singular personaje que ocasiona dolores de cabeza...


La página de Ana María Shúa en Internet es http://www.anamariashua.com.ar/

jueves, 4 de agosto de 2011

Alfredo Armas Alfonso


1x7

Se pegó las plumas con engrudo hecho de almidón y voló hasta la ventana,pero ya la ventana a la que pretendió volar y todas las demás de la casa estaban ocupadas por las palomas, que se arrullaban o medio se adormilaban con la cabeza metida bajo su axila.
El engrudo se le fue secando y se le convirtió en una costra dura y tensa que hacia repelente lo que fuera delicia reconocida de los hombres.
El arrullo de las palomas ni siquiera cesó cuando empezó la lluvia y uno y otro escándalo la mortificaba, además. Y por último,las plumas se adhirieron una con otra y todavía a las seis de la tarde no podía poner en orden sus ideas. Ser ángel no es tan fácil como se imagina la gente.


Alfredo Armas Alfonso. (Clarines 1921-Caracas 1990) Escritor y periodista venezolano.




Referencia:
Armas A, A. 1x7 En Osarios,desiertos y otros ángeles. Antología de Cuentos 1949-1990) Biblioteca Básica de Autores Venezolanos. Caracas:Monte Ávila Editores Latinoamericana

jueves, 9 de junio de 2011

Un perro llamado Mussolini


Un perro llamado “Mussolini”


Para evitar que le robaran su automóvil, el tío Ramón Enrique compró un perro que llamó Mussolini, al que le enseñó todo tipo de ferocidades.
Durante los dos meses que estuvo entrenándolo, sólo le dio de comer carne cruda y, como postre, un plato de ajíes picantes rociados con vinagre.
Para que no durmiera y estuviera siempre alerta y dispuesto al ataque, el tío puso en la jaula donde vivía Mussolini una alarma que sonaba cada media hora y que sólo se apagaba si el perro apretaba un botón con una de sus patas.
En esos dos meses, Mussolini arrancó con los dientes dos de los árboles que había en el patio, mientras perseguía a una lagartija; destrozó a mordiscos tres televisores porque no le gustaba cuando interrumpían las películas con comerciales e impuso un toque de queda en la casa y en seis manzanas a la redonda, entre las ocho de la noche y las cinco de la madrugada.
A la primera de esas horas, el tío, vestido con una armadura de acero inoxidable, lo sacaba de su jaula y a la segunda lo volvía a meter.
Para probar qué tan buen perro guardián era, un sábado el tío fue al centro de Barquisimeto y dejó al auto y a Mussolini en una calle transversal.
Cuando volvió, una hora después, el auto estaba en el mismo lugar, pero se habían robado a Mussolini.
Mussolini puede ser…? Mussolini se parece a…? La historia del tío Ramón nos recuerda a?

Autor:
Armando José Sequera  venezolano, periodista, escritor y productor audiovisual.
Sequera,A (2009) Un perro llamado “Mussolini” En 46 cuentos, un país. Varios Autores. Caracas : Monte Ävila Editores Latinoamericana.

La Fotografía es del  holandés Teun Hocks . Pueden ver su trabajo en su página web es www.teunhock.nl 

martes, 19 de abril de 2011

Las doce y lluvia: Que me perdonen los muertos de mi felicidad

Las doce y lluvia: Que me perdonen los muertos de mi felicidad:
Cuando la felicidad llega, viene a instalarse, dejando tras de si un trastro de puertas y ventanas abiertas.

La felicidad no entiende de cerrojos ni persianas bajadas. Deja los candados para el odio y las envidias, deja que se oxiden las cadenas del aburrimiento en los corazones sin vida. La felicidad llega sin llamar a la puerta, porque no tiene nudillos para golpear, solo brazos que saben abrazar. Llega jaleando, eliminando barreras, déjala quedarse, a sus anchas, que dormite. La felicidad no entiende de cerrojos y persianas bajadas.

Cuando la felicidad llega, viene a llenar tu vida, y la exhalas, en cada movimiento. Su olor se percibe a manzanas de distancia, es inevitable, simple definición. Pero ese olor es insoportable para los llamados infelices, los aburridos, los sinvida. Y procuran expulsarla de tu estancia, con bombas fétidas, bajando las persianas, cerrando puertas y ventanas, buscándole candados, echándole las cadenas oxidadas de la envidia y el odio. No permitas que marchiten tu felicidad.

La felicidad de uno viene acompañada de odios, envidias y tristezas. Micciona altivo sobre los odios y las envidias. Pero llora las tristezas, pide perdón por los muertos de tu felicidad, los que no odian ni sienten envidia. «Quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad».


Eugenio Manuel Fernández Aguilar es un profesor de Física español. Les recomiendo su blog : eumafeag.blogspot.com. En mi lista  aparece "las doce y lluvia" es su blogs de literatura: http://lasdoceylluvia.blogspot.com/ Es una experiencia interesante! Con textos suyos y de otros.
"Que me perdonen los muertos de mi felicidad" es una lectura cargada de la experiencia sensorial ,de imágenes,sabores y olores para disfrutar y recordar. La felicidad centro y protagonista de la vida... de nuestra vida.

jueves, 31 de marzo de 2011

Ducha de Palabras


 Ducha de Palabras
Cuando no dibujé por unos meses, me llovieron palabras.
Ocurre que a veces mientras me ducho, me doy cuenta que además del mugre diario que me friego con una estrella de mar hecha de espuma, tengo conmigo y bajo el agua que cae de la regadera palabras y más palabras. Puedo decir que son cientos de palabras rondándome en mi desnuda desnudes e indefensión de mientras me baño y no puedo entonces hacer grandes cosas por esta causa. Son cientos, que son tal vez miles, no lo sé, pues inestables no me dejan contarlas y, mientras me baño con tantas palabras a mi alrededor, empiezo a sentirme nerviosa, a preocuparme por mi integridad desnuda que se ve amenazada por estas flores indeseadas, aves de mundos gramaticales y sintácticos, de quien sabe que enigmas, ahora rondándome, acosándome, agobiándome. Pero he de decir también que sé conservar la calma, no en un principio, sino mas bien en un momento dado, cuando en su apoteósica aparición llegan al sumo, al máximo, al colmo de su fracasada y mojada vida de ser palabras agobiadas por mi estrella de mar hecha de espuma que también les saca el mugre diario. Es así, como no cabiendo ya en la ducha, ellas y yo, así ellas y yo estemos tan desnudas y por supuesto, ninguna de nosotras lleve cartera con afeites ni apliques femeninos, espejitos, ni colores para labios y mejillas y otros tesoros impronunciables; es entonces que con el jabón las aliso y con el aguan las entibio. Las doblego en su cobardía de aparecer sin invitación, donde nadie pudieras escribirlas. Libero de su desatino a las más volantonas y convencidas, seduzco con torpe maña a las indecisas irresolutas de siempre y convido, finalmente unas y otras con amabilidad sonreída y cara de nunca te haría mal, a otra vida más prospera allá afuera. Sobre el sofá tal vez, cuando converso animadamente con la vecina que llega de visita. Cuando son de amor las palabras, con mi amor, o cuando son sensuales y elocuentes, tan calientes como el agua que me moja, explico con detalles que bien podría contarlas a la mujer de bronce que monta un toro en la estatua que he visto en un parque al regresar una tarde a casa.
Sin embargo, ocurre que no es esa mi agonía, ni la suya propia, no es ese querer que la visita sea correcta, ni que todo circule en un doblegado cauce de palabras que van y vienen en una optimista y entretenida conversación conmigo misma o con alguien más. No.
¡No, por dios!.
Ocurre que las quiero pero a mi manera, que las acepto, pero a mi manera, que me entero de ellas pero a mí manera y que de esta manera es como las oigo y que de esta manera es como cuando me hablan, sé que me están diciendo.
Ocurre que apaciguadas y mansas, porque quieran o no, yo con mi tratamiento las he domesticado y ellas, obligadas a su buena fe de palabras de diccionario, se han asentado en el fondo de la ducha porque antes se habían mojado, restregado y limpiado como yo de su insignificado y están listas para salir, ahora sí. Están listas para salir a bailar e inventar en orden acompasado,  inspiradas y elocuentes, hermosas y soñadoras. Están listas para aflorar fuera de la ducha peregrinas y retruécanas. 
Están listas para ser sus propias palabras.

Autora: Claudia Botero



Bendición de Mónica para la Cocina
Deseo para ti, pan fresco y calientito siempre en la mesa, la mantequilla a la mano; que el arroz te salga esponjadito y te sirvan siempre fresco el café; que sean dulces las ciruelas y el mango sazón, ojalá nunca te falte el aroma de limones y de vainilla, cerca de ti crezcan la albahaca, el tomillo, la hierbabuena; en la alacena haya un tarro lleno de miel. No falten nunca chocolates y almendras tostadas, alfajores y macarrón. En tu plato abunden los frutos del mar. Que te lluevan cenas de vino y velas, queden tiernas las verduras, espesa la crema, alegre sean siempre tus salsas, en su punto, martajadas. Para no dejar nada al olvido y más reiterar mi cariño, deseo para ti, la copa llena de vino aromado de terruños reverenciados, pleno de especias y frutos, redondo y sublime como un beso, como un granate, como el néctar del amor.

Autora: Mónica García Cárdenas
Los textos de hoy son para el deleite gustativo, sin preguntas. ..

viernes, 25 de marzo de 2011

¿Y Quién te ata?

Angustiado, el discípulo acudió a su instructor espiritual y le preguntó:
- ¿Cómo puedo liberarme, maestro?
El Instructor contestó:
-Amigo mío, ¿ y quién te ata?


Bibliografía: (1995) 101 Cuentos Clásicos de la India. Recopilación Ramiro Calle. Madrid:Edit. EDAF..

El ser humano tiene la potestad de elegir sus ataduras y... sus liberaciones. El cuento ¿y quién te ata? permite al lector preguntarse : ¿tengo ataduras?, ¿Quién me ata?, ¿Cuán atado/a estoy?.
Un texto corto, una imagen "ataduras" como la metáfora de sus conflictos, puede generar un quiebre acerca de las creencias del coachado, sus responsabilidades, sus sentimientos de culpa, sus fortalezas , y... su capacidad de soltar las ataduras.

sábado, 19 de marzo de 2011

Sólo se necesita el miedo...

Sólo se necesita el miedo
Había un rey de corazón puro y muy interesado por la búsqueda espiritual. A menudo se hacía visitar por yoguis y maestros místicos que pudieran proporcionarle prescripciones y métodos para su evolución interna. Le llegaron noticias de un asceta muy sospechoso y entonces decidió hacerlo llamar para ponerlo a prueba.
El asceta se presentó ante el monarca, y éste, sin demora, le dijo: O demuestras que eres renunciante auténtico o te haré ahorcar!
El asceta dijo: Majestad, os juro y aseguro que tengo visiones muy extrañas y sobrenaturales. Veo un ave dorada en el cielo y demonios bajo tierra. ¿Ahora mismo los estoy viendo!
¿Cómo es posible- preguntó el rey- que a través de estos espesos muros puedas ver lo que dices en el cielo y bajo tierra?
El asceta respondió: Sólo se necesita miedo.

Te pregunto:
Puedes ver  aves doradas en tu vida?  Hay  demonios bajo tierra?
 El cuento es una metáfora de la creación de miedos. De ese poder creador del ser humano, generador de realidades que podemos ver y sentir. Elegimos las imágenes en nuestra vida.
Cuáles son las tuyas?
Bibliografía: (1995) 101 Cuentos Clásicos de la India. Recopilación Ramiro Calle. Madrid:Edit. EDAF..