Espantarle las tristezas a la gente
No hay cosa que
el tío Ramón Enrique no arregle con un cuento: que si se están peleando dos
hermanos, ahí va un cuento sobre dos hermanos a los que amarraron espalda
contra espalda hasta que aprendieron a tolerarse.
Que si a la tía
se le quebró un santo de yeso, ahí va el cuento del milagro del santo que
después de romperse se recompuso; que si mi mamá dice que tanto jugar béisbol a
pleno sol me va a embrutecer, ahí va el cuento del muchacho al que el sol
derritió y después resurgió de la tierra más fuerte, más inteligente y de mejor
corazón.
Una noche al
terminar una fiesta –yo aún estaba despierto, borracho de música–, le oí decir:
—A mí me gusta
contar cuentos, para espantarle las tristezas a la gente.
Y hasta que me
dormí le oí hablar de un médico que no podía curarse a sí mismo porque cobraba
muy cara la consulta y no tenía dinero para pagarse y de un gato que cazó mi
abuelo, que de exageración en exageración terminó convertido en tigre y de un
tartamudo que aprendió a hablar por señas y entonces le dio mal de San Vito y
de un amigo suyo de la isla de Margarita que orinaba hormigas y de una mujer
que conoció en Italia, tan bella que su sombra era de colores.
Contar cuentos
para espantar tristezas:
Leer, contar y oír son procesos cognitivos y
afectivos de conexión con otros ,sus historias, sus ficciones. En ese proceso
nos transformamos en viajeros de la imaginación , nos espantamos la tristeza.
No se trata de vivir la felicidad eterna sino de vivir cada lectura como la
infinita posibilidad de cambiar pensamientos, acciones y vida.
Sequera Armando
J. (2001) Mosaico. Antología de Cuentos
1977-2001 .Mérida. Editorial El Otro ,el mismo
Puedes visitar su blog : http://armandojosesequera.blogspot.com/
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